Hace 30 años

Recordar es vivir, dicen por alli; de veras que los recuerdos a veces tristes a veces alegres siempre nos hacen vivir, hoy estoy recordando un 4 de marzo en 1980, que tristeza soporto la familia Hernandez de San Vicente, se llegó el dia en que nuestro querido Jaime Edgardo, tenia que partir a un viaje de estudios a un pais desconocido y lejano, pues Brasil practicamente lo conociamos en mapas y sabiamos que era Campeon de Fut bol, pero nada mas, sin embargo era ese el pais de destino para que "El Chele" fuera a estudiar, la noche anterior habiamos estado juntos: Mamâ Toña, La Merches, Mario Padre y Mario hijo, Lupita, Frank, Wendy, Ilsia y yo, ademas de Santa Ana habian venido La Margo, Roberto y Renè. Nos levantamos "bien de madrugada" como a eso de las 4 a.m. ya estabamos listos para salir en "guinda" para el aeropuerto; Ah, se me olvida que tambien habia estado el susodicho Jaime. Pero bien nos encaminamos en un vehiculo bien grande que mandó Calin de San Salvador con todo y motorista, puesi porque de haberla mandado sin motorista no hubieramos podido ir pues nadie podia manejar "vehiculos automotores", pero bien fue por el lado de Tecoluca que nos "juimos" pasando por zacatecoluca y hasta el Aeropuerto, llegamos toda la marabunta por supuesto bien tempranito y bien desveladitos tambien, no podiamos ocultar la tristeza que nos embargaba por la despedida que se avecinaba, alli llegó a juntarse con nosotros Calin pues el venia de San Salvador, fue muy corto el tiempo o mas bien lo sentimos muy corto y se llegó el momento de los abrazos y las lâgrimas que en verdad fueron muchas, haciamos el esfuerzo por no entristecer "al chele" pero era imposible disimular la tremenda tristeza que a todos nos embargaba, de pronto el anuncio de la operadora haciendo el llamado a los pasajeros para encaminarse a abordar el avión, asi que todos nos dirijimos hacia la terraza de observación de los vuelos y ver como empezaba el avión a retroceder y de nuevo adelantar para agarrar "el envión" y observar hasta que el avión se perdía en el infinito llevando a nuestro querido "El Chele"; unicamente Calin pudo acompañarlo hasta la entrada del avión, luego se unio a nosotros y nos encaminamos hacia el vehiculo para regresarnos hacia San Vicente, creo que nadie hablo, todos sentiamos una tristeza muy grande y era dificil decir algo. Arranco el vehiculo y al pasar por Zacatecoluca el señor motorista quizas motivado de ver la tristeza que nos embargaba dijo que seria bueno que pasaramos al balneario de Ichanmichen y asi lo hicimos, en parte creo que nos sirvio para disimular algo el panorama. Creo que los que recordamos ese dia podemos dar fe que nos sentimos incompletos durante mucho tiempo; por tal motivo ya no le permitamos a Jaime Edgardo que se vuelva a ir al Brasil.